Quisiera dar un tir?n de orejas al periodista de La Opini?n que habla de 42 n?ufragos, tal vez deber?a informarse mejor y no ser tan catastrofista.
Debo reconocer el esfuerzo tan grande que hizo mi hijo ?lvaro de 12 a?os. C?mo remaba con fuerza sin mostrar el m?s m?nimo signo de debilidad, pod?a ver como le salpicaba el agua en la cara y a continuaci?n clavaba la pala con tanta fuerza que me parec?a que iba a ser la ?ltima, como el corredor que a punto de llegar a la meta agota sus fuerzas. Pero ?l segu?a incansable y daba otra palada m?s fuerte que la anterior y as? una tras otra y otra... Yo lo animaba marcando el ritmo de paleo e indic?ndole donde remar m?s fuerte para corregir el rumbo, siempre hacia el monte del Carmol?, esperando que al acercarnos al volc?n, el viento ser?a m?s suave. La verdad es que me demostr? ser m?s maduro y luchador de lo que sus pocos a?os pueden dar a entender. Era un frenes? de paleo en el que parec?amos dos posesos con el ?nico fin de llegar a la orilla lo antes posible.
Por mi parte, intentaba mirar hacia atr?s para ver quien nos segu?a pero no pod?a perder ni un minuto, adem?s de remar y mantener el rumbo, con la mano iba sacando el agua que accidentalmente entraba.
Pasada la zona de oleaje, viento y salpicaduras, se fue haciendo un extra?o silencio. La visi?n de la playa vac?a con una chica esperado y la mirada hacia atr?s para ver que nadie nos segu?a fue desoladora. Empec? a pensar d?nde estar?an los dem?s pues no alcanzaba a ver ninguna piragua sobre el agua hasta que pasada una media hora comienzo a vislumbar una y alguien que nadaba junto a ella.
Claro, eran los valerosos Isabel y Abel que tra?an a un compa?ero (tres en la piragua), y su amiga Carmen que ven?a nadando desde donde la vista no alcanza, ?vaya coraje!.
Aprovecho para dar las gracias a los monitores Quique, Ra?l y Nacho. Doy fe de su profesionalidad y su entrega a la hora de ayudar a los que ten?an problemas. Me consta que lucharon hasta la extenuaci?n y soy testigo de su esfuerzo personal para que todos estuvieran atendidos.
No dudar? en inscribirme en cualquier actividad que organice Quique, es un t?o serio que responde y por supuesto a nuestro querido Jos? Antonio, alma mater de este grupo y ejemplo de abnegaci?n y humildad.
?lvaro, estoy muy orgulloso de ti eres un t?o genial.
Debo reconocer el esfuerzo tan grande que hizo mi hijo ?lvaro de 12 a?os. C?mo remaba con fuerza sin mostrar el m?s m?nimo signo de debilidad, pod?a ver como le salpicaba el agua en la cara y a continuaci?n clavaba la pala con tanta fuerza que me parec?a que iba a ser la ?ltima, como el corredor que a punto de llegar a la meta agota sus fuerzas. Pero ?l segu?a incansable y daba otra palada m?s fuerte que la anterior y as? una tras otra y otra... Yo lo animaba marcando el ritmo de paleo e indic?ndole donde remar m?s fuerte para corregir el rumbo, siempre hacia el monte del Carmol?, esperando que al acercarnos al volc?n, el viento ser?a m?s suave. La verdad es que me demostr? ser m?s maduro y luchador de lo que sus pocos a?os pueden dar a entender. Era un frenes? de paleo en el que parec?amos dos posesos con el ?nico fin de llegar a la orilla lo antes posible.
Por mi parte, intentaba mirar hacia atr?s para ver quien nos segu?a pero no pod?a perder ni un minuto, adem?s de remar y mantener el rumbo, con la mano iba sacando el agua que accidentalmente entraba.
Pasada la zona de oleaje, viento y salpicaduras, se fue haciendo un extra?o silencio. La visi?n de la playa vac?a con una chica esperado y la mirada hacia atr?s para ver que nadie nos segu?a fue desoladora. Empec? a pensar d?nde estar?an los dem?s pues no alcanzaba a ver ninguna piragua sobre el agua hasta que pasada una media hora comienzo a vislumbar una y alguien que nadaba junto a ella.
Claro, eran los valerosos Isabel y Abel que tra?an a un compa?ero (tres en la piragua), y su amiga Carmen que ven?a nadando desde donde la vista no alcanza, ?vaya coraje!.
Aprovecho para dar las gracias a los monitores Quique, Ra?l y Nacho. Doy fe de su profesionalidad y su entrega a la hora de ayudar a los que ten?an problemas. Me consta que lucharon hasta la extenuaci?n y soy testigo de su esfuerzo personal para que todos estuvieran atendidos.
No dudar? en inscribirme en cualquier actividad que organice Quique, es un t?o serio que responde y por supuesto a nuestro querido Jos? Antonio, alma mater de este grupo y ejemplo de abnegaci?n y humildad.
?lvaro, estoy muy orgulloso de ti eres un t?o genial.